El fútbol es un deporte en el que la astucia y la inteligencia son igual de importantes que la habilidad técnica y el físico. Un jugador puede ser el más rápido, el más fuerte o el que mejor golpea el balón, pero si no tiene la capacidad de leer el juego y tomar decisiones acertadas, difícilmente será considerado un crack. Y en ese sentido, Pelé es uno de los grandes maestros de la historia.
Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, nació en Tres Corações, Brasil, en 1940. Desde pequeño, demostró una habilidad especial para jugar al fútbol, lo que le valió el apodo de "O Rei" (El Rey). A los 15 años, ya era una sensación en su país y a los 17 debutó con la selección brasileña. A partir de ese momento, su carrera se convirtió en una sucesión de récords, títulos y momentos de gloria que le valieron el reconocimiento internacional y la admiración de millones de aficionados en todo el mundo.
Pelé era un jugador multifacético, que destacaba por su velocidad, su técnica depurada, su capacidad física y su visión de juego. Pero lo que lo diferenciaba de los demás era su astucia y su picardía. Pelé era capaz de leer el juego como pocos, anticiparse a las jugadas, burlar la marca de los defensores y encontrar siempre el espacio para recibir el balón.
En el fútbol, el desmarque es una acción fundamental para crear espacios y habilitar a los compañeros. Consiste en salir de la posición que ocupa el jugador para buscar una zona libre donde recibir el balón o generar una distracción que beneficie al equipo. Un buen desmarque puede romper una defensa, generar una jugada de gol o crear una oportunidad para el remate a puerta.
Pelé entendió la importancia del desmarque desde muy joven y lo convirtió en una de sus armas más letales. Era capaz de encontrar los espacios donde nadie los veía, de leer las intenciones del rival y de hacer cambios de dirección que lo dejaban en franca posición de ataque. Su velocidad y su habilidad técnica le permitían crear oportunidades donde otros veían problemas y su instinto goleador hacía el resto.
Pelé no sólo era un excelente jugador de fútbol, sino también un brillante estratega. Sabía cómo engañar a sus rivales y cómo crear situaciones ventajosas para su equipo. En el desmarque, utilizaba toda su habilidad para confundir a los defensores y para encontrar los espacios libres. Pero también sabía cuándo debía sacrificar su posición para permitir que otros ocuparan su lugar.
En cierta ocasión, Pelé jugaba en el Santos frente al Corinthians. En el minuto 35, Pelé desmarcó a su compañero, quien recibió el balón y tiró a puerta. El portero del Corinthians desvió el balón, pero éste rebotó en el poste y volvió al área. En ese momento, Pelé volvió a desmarcarse, pero en lugar de buscar el remate, se detuvo en seco y aguardó a que llegara el defensor contrario para despejar el balón. En vez de intentar una jugada individual imposible, Pelé hizo lo que nunca imaginó el rival: controlar el esférico con una finta en un movimiento invertido para asistir a Canhoteiro, quien anotó el primer gol.
Pelé también se valía de movimientos ambiguos para confundir a los defensores. Por ejemplo, solía mover su cabeza o su cuerpo en una dirección y luego cambiar bruscamente hacia la contraria. Eso hacía que los defensores se quedaran a mitad de camino y le permitía un espacio valioso para el desmarque. Además, Pelé tenía una gran capacidad para elegir el momento preciso para realizar su carrera, lo que le permitía encontrar los espacios libres y recibir el balón sin trabas.
La astucia de Pelé en el desmarque es un ejemplo para todos los jugadores de fútbol, indistintamente de su posición o habilidad técnica. Pelé demostró que la inteligencia, la visión de juego y el ingenio pueden ser herramientas más valiosas que la propia técnica o el físico. Un buen desmarque, una lectura adecuada del juego, una habilidad para anticiparse a las jugadas y una astucia para burlar a los rivales son fundamentales para destacar en el fútbol.
En ese sentido, los jugadores de fútbol deben entender que el desmarque es una acción colectiva y no individual. Es muy importante generar espacios para los compañeros y habilitarlos para que puedan anotar. Así, la creatividad y la capacidad para leer el juego son elementos fundamentales en el desmarque.
En definitiva, la astucia de Pelé en el desmarque fue una de las claves de su éxito y una enseñanza para todos los jugadores que quieren destacar en el fútbol. La habilidad para encontrar espacios, la lectura del juego y el ingenio son elementos fundamentales para cualquier futbolista que quiera triunfar en este deporte.